viernes, 16 de septiembre de 2016

CORONA DE LA SANTA FAZ

Refiere la venerable Sor María de San Pedro en su libro “La Flecha de Oro”, que hacia el 15 de Noviembre de 1843,
«Nuestro Señor me inspiró en este tiempo a componer ciertas oraciones de reparación en forma de una Corona, o pequeño rosario. Esta Corona está hecha de treinta y tres cuentas pequeñas, sobre las cuales se recita treinta y tres veces la oración “Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian”, y también seis cuentas grandes sobre las cuales recitamos la jaculatoria “Oh mi Jesús, ten misericordia de nosotros”, seguida del Gloria Patri».
  
CORONA DE LA SANTA FAZ DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


In nómine Patris, et  Fílii, et Spíritus Sancti (En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo). Amen.
  
En la cruz, decir: Deus, in adjutórium meum inténde: Dómine, ad adjuvándum me festína (Oh Dios, ven en mi auxilio: Señor, date prisa en socorrerme).
Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen. 
     
En la primera cuenta grande, en honor al sentido del tacto de Nuestro Señor: O mi Jesu, misericórdia! Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (¡Oh mi Jesús, misericordia! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
En las seis cuentas pequeñas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En la segunda cuenta grande, en honor al sentido del oído de Nuestro Señor: O mi Jesu, misericórdia! Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (¡Oh mi Jesús, misericordia! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
En las seis cuentas pequeñas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En la tercera cuenta grande, en honor al sentido de la vista de Nuestro Señor: O mi Jesu, misericórdia! Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (¡Oh mi Jesús, misericordia! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
En las seis cuentas pequeñas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En la cuarta cuenta grande, en honor al sentido del olfato de Nuestro Señor: O mi Jesu, misericórdia! Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. (¡Oh mi Jesús, misericordia! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
En las seis cuentas pequeñas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En la quinta cuenta grande, en honor al sentido del gusto de Nuestro Señor: O mi Jesu, misericórdia! Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (¡Oh mi Jesús, misericordia! Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
En las seis cuentas pequeñas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En las tres últimas cuentas pequeñas, en honor a los tres años de la Vida pública de Nuestro Señor, y en desagravio a las dos bofetadas que sufrió su Santa Faz y la coronación de espinas: Surge, Dómine, et dissipéntur inimíci tui: et fúgiant qui odérunt te a fácie tua (Levántate, Señor, y sean dispersados tus enemigos, y huyan delante de Tu Faz los que te odian).
  
En honor de las Siete Palabras: Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum (Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos). Amen.
  
En la medalla de la Santa Faz: Protéctor noster áspice Deus: et réspice in fáciem Christi tui (Vuélvete a mirarnos, oh Dios, protector nuestro, y pon los ojos en la Faz de tu Cristo).
   
Otras jaculatorias que se pueden rezar al final:
  • Exsúrgat Deus, et dissipéntur inimíci ejus, et fúgiant qui odérunt eum, a fácie ejus! (Levántese Dios, y sean dispersados sus enemigos, y huyan de su presencia los que le odian).
  • Ter sanctum nomen Dei subvértat ómnia consília eórum! (Que el tres veces santo nombre de Dios revierta todos sus planes).
  • Sanctíssimum Nomen Dei vivéntis divídat eos cum dissensiónibus! (Que el Santísimo Nombre del Dios viviente los divida con desacuerdos).
  • Terribíle nomen Dei aeternitátis déleat omnem impietátem suam! (Que el terrible nombre del Dios de la eternidad aplaste toda su impiedad).
  • Dómine, nolo mortem peccatóris, sed ut convertátur et vivat. Pater, ignósce illis, quia nésciunt quid fáciunt (Señor, no quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva. Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen).
  • Laudáto, Benedícito, Amáto, Adoráto et Glorificáto sit semper Sanctíssimus, Sacratíssimus, Adorabilíssimus, Incomprehensibilíssimus, Ineffabílisque Nómine Dei in Cœlo, et in terræ, ac in Inférno per ómnia creatúra Dei, et Sacratíssimi Cordis Dómini Nostri Jesu Christi in Sanctíssimum Altáris Sacraméntum (Que el Santísimo, Sacratísimo, Adorabilísimo, Incomprensibilísimo e Inefable Nombre de Dios sea siempre Alabado, Bendecido, Amado, Adorado y Glorificado en el Cielo, en la tierra y en el infierno por todas las criaturas de Dios, y por el Sagrado Corazón de Nuestro Señor Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar). Amen.
 
In nómine Patris, et  Fílii, et Spíritus Sancti (En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo). Amen.
Nuestro Señor recompensa a Sor María de San Pedro por recitar la Corona de Reparación concediéndole una visión en la cual Él le presenta una corona con cuentas de piedras preciosas, unidas con una cadena de oro.
«Un día, después de la Santa Misa, Nuestro Señor se me apareció pesentándome una Corona similar [a la que yo recé] que vi estar hecha de piedras preciosas unidas con una hermosa cadena de oro. Considerándome tan indigna de poseer tal tesoro, le supliqué a la Virgen Santísima que me guardase ese bello rosario en su Inmaculado Corazón, y también le supliqué a Nuestro Señor que otorgase indulgencias a la recitación de esta Corona». (SOR MARÍA DE SAN PEDRO OCD, La Flecha de Oro, Revelación del 15 de Noviembre de 1843, pág. 124)
  
***
   
Nuestro Señor prometió que esta devoción derrotará a los enemigos de la Iglesia (especialmente al Comunismo). Por tanto, la devoción a la Santa Faz es, junto con el Santo Rosario y el Inmaculado Corazón de María, el último recurso para que el mundo alcance misericordia (Numerosos analistas políticos aseguran que la “caída” del Comunismo, aunque vertiginosa y espectacular, es UN ENGAÑO, y que pronto resurgirá. Por ello, es muy necesario que estas devociones se practiquen y difundan ahora más que nunca).
  
JACULATORIA: Ætérne Pater, óffero tibi Sanctæ, Fácie Jesum, in sánguine, sudóre, pulvis et sputum copértum, ad críminum communistárum, blasphemórum et profanatórum Sancti Nóminis et Sancte die Domínici reparatiónem (Padre eterno, te ofrezco la Santa Faz de Jesús, cubierta con sangre, sudor, polvo y escupitajos, en reparación por los crímenes de los comunistas, blasfemos, y por los profanadores del Santo Nombre y del santo día domingo). Amen.
  
ORACIÓN: Ætérne Pater, óffero tibi Crucem Dómini nostri Jesu Christi, et ómnia instruménta sanctæ Passiónis ejus, ut in castra inimícos tuos ponas divisiónem, quod dilectíssimum Fílium tuum dixit: «Omne regnum divísum contra se desolábitur» (Padre eterno, te ofrezco la cruz de nuestro Señor Jesucristo, y todos los instrumentos de su santa Pasión, para que pongas división en los campamentos de tus enemigos, porque dijo tu Hijo amantísimo: «Todo reino dividido contra sí mismo se destruye»). Amen.

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